1770 03/06: Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nace en Buenos Aires, en la casa paterna sita en el solar que hoy corresponde al 430 de la avenida que lleva su nombre. Hijo de María Josefa González y Domingo Belgrano Pérez.
1789 06/06: Se traslada con su hermano Francisco a España, con el objetivo de estudiar Derecho en la Universidad de Salamanca. Enero La Universidad de Valladolid, en la que completó sus estudios, le otorga el diploma de bachiller en leyes.
1790 11/07: El Papa Pío VI le da permiso para leer libros prohibidos. Mientras tanto preside la Academia de Derecho Romano, Política Forense y Economía Política de la Universidad de Salamanca.
1793 31/01: Se gradúa de abogado en la Cancillería de Valladolid.
1794 30/01: Se crea el Consulado de Buenos Aires
02/06: Asume la Secretaría del Consulado.
1797 07/03: Se le concede el grado de capitán de las milicias urbanas de infantería de Buenos Aires.
1799 Inician sus actividades las escuelas de Dibujo, Matemáticas y Náutica, Propiciadas por Belgrano y creadas por el Consulado.
1801 Colabora con Francisco Cabello y Mesa en el Telégrafo Mercantil, Primer periódico del Río de la Plata.
1802 01/09: Hipólito Vieytes, contando con el auspicio de Belgrano, inicia la edición del Semanario de Agricultura, Industria y Comercio.
1806 26/06: Participa en la fallida defensa de la ciudad contra el invasor inglés. Para no prestarle juramento de obediencia, poco después pasará a la Banda Oriental. Después de la victoria, se lo elegirá sargento mayor del Cuerpo de Patricios.
1807 5 y 6/7: Participa en la defensa de Buenos Aires frente al ataque inglés, como ayudante del cuartel maestre general, coronel César Balbiani.
1809 01/01: Se opone al movimiento dirigido por Martín de Álzaga para derrocar a Liniers.
1810 03/03: Comienza a editar el Correo de Comercio, satisfaciendo un pedido del Virrey Cisneros
14/04: Concurre por última vez a las sesiones del Consulado, cuya secretaría deja de ejercer.
22/05: Concurre al Cabildo Abierto, en el que vota a favor de la cesantía virrey Cisneros.
25/05: Es designado vocal de la Junta Provisoria de Gobierno.
04/09: Es nombrado Comandante de las fuerzas destinadas a la Banda Oriental.
22/09: Se lo designa General en Jefe de la Expedición Militar a los pueblos de la Banda Oriental, Santa Fe, Entre Ríos y Paraguay.
16/11: Funda los pueblos de Curuzú-Cuatiá y Mandisoví.
19/12: Victoria de Campichuelo.
1811 19/01: Derrota de Paraguari.
09/03: Derrota de Tacuarí.
06/04: Circula el último número del Correo de Comercio.
11/04: Después de haber llegado a Concepción del Uruguay, designa segundo jefe interino a José Gervasio Artigas
02/05: Entrega el mando a José Rondeau y marcha a Buenos Aires para responder a los cargos que le formulan como Jefe de la Expedición al Paraguay.
09/08: Se cierra el proceso y le reponen en sus cargos con todos los honores.
04/10: Llega a Asunción junto con Vicente Anastasio Echevarría, enviado en misión diplomática por la Junta de Gobierno.
12/10: Se firma con el gobierno paraguayo un tratado de amistad, en procura de una futura un respetando la autonomía de Paraguay.
13/11: Es designado en Buenos Aires coronel del Regimiento N 1 ( primer tercio de Patricios).
1812 18/02: El triunvirato aprueba la propuesta de Belgrano acerca de la creación de la escarapela nacional con los colores blanco y celeste.
27/02: Enarbola por primera vez en las barrancas del Paraná la bandera de su creación. Es designado Comandante en Jefe del Ejército del Perú.
1 o 2/3: Parte a hacerse cargo del Ejército del Norte.
03/03: El gobierno desaprueba la creación de la bandera.
26/03: Recibe en Yatasto el mando de las fuerzas que retroceden desde el Alto Perú.
25/05: Belgrano hace bendecir la bandera en Jujuy el canónigo Juan Ignacio Gorriti.
23/08: Éxodo jujeño, el ejército y todos los habitantes abandonan la ciudad de Jujuy., debido al avance realista.
03/09: Victoria de Las Piedras.
24/09: Vence a los realistas en la batalla de Tucumán.
27/10: Belgrano proclama Generala de su ejército a la Virgen de la Merced y le entrega su bastón de mando.
1813 13/02: Belgrano y su ejército juran obediencia a orillas del río Pasaje a la Asamblea General Constituyente, inaugurada en Buenos Aires el 31 de enero de ese año.
20/02: Victoria de Salta.
8/03: La Asamblea otorga premiso a los vencedores de Salta. Le obsequia a Belgrano un sable y le donan 40.000 Pesos, que él destinará a la construcción De cuatro escuelas públicas.
25/05: Redacta el reglamento para dichas escuelas.
19/06: Entra en la ciudad altoperuano de Potosí.
01/10: Derrota de Vilcapugio
14/11: Es derrotado en la pampa de Ayohuma.
1814 29/01: Encuentro en Algarrobos, cerca de Yatasto, con el coronel José de San Martín, quien llega al frente de refuerzos enviado por el gobierno porteño.
30/01: San Martín asume el comando en jefe del Ejército del Perú. Belgrano parte hacia Buenos Aires acatando la Orden de someterse a proceso por sus derrotas.
12/03: Permanece arrestado en Luján hasta que se permite alojarse en una quinta en San Isidro, debido a su mal estado de salud. Abierto el proceso, no habrá ninguna acusación seria en su contra y finalmente se dispondrá el sobreseimiento de la causa.
14/09: Belgrano y Bernardino Rivadavia son designados para realizar una misión diplomática en Europa.
1815 07/05: Belgrano y Rivadavia arriban a Inglaterra, donde se informan del retorno de Napoleón al trono imperial (Los Cien Días).
15/11: Belgrano abandona Europa.
1816 Marzo: De regreso en Buenos Aires, es designado Jefe del Ejército de Observación de Mar y Tierra, cuyos efectivos Concentrados en Rosario, por un pacto hecho en Santo Tomé por uno de sus subordinados y los caudillos Federales del Litoral, será depuesto y arrestado hasta que se marcha a Buenos Aires.
17/05: El director supremo Juan Martín de Pueyrredón desde San Miguel de Tucumán le pide que se traslade a esa Ciudad.
06/07: Es recibido por los diputados en sesión secreta. Traza un panorama de la situación política europea y propicia la instauración de una monarquía.
20/07: El Congreso de Tucumán otorga a la bandera celeste y blanca el carácter de símbolo patrio.
03/08: Es designado comandante en jefe del Ejército del Perú en reemplazo del general José Rondeau.
07/08: Belgrano asume el mando del Ejército del Perú.
1817 01/03: Reconquista de Humahuaca, que había sido tomada por tropas de José de la Serna. A propuesta de Belgrano, el gobierno otorga premios a los Vencedores.
1818 26/01: En carta que envía a su subordinado Martín Miguel de Güemes describe las penurias que soporta su ejército.
1819 06/01: El Directorio le ordena tomar el mando del ejército está operando sobre Santa Fe.
25/07: Jura con el Ejército del Perú, obediencia a la Constitución aprobada por el Congreso.
29/08: Pide licencia para atender su salud
02/09: Se concede su licencia.
10/09: Se despide de sus soldados al dar la Orden del día.
11/09: Entrega el mando del ejército al mayor general Francisco Fernández de la Cruz. Se dirigirá a Tucumán.
11/11: Como consecuencia de un movimiento armado en contra del gobierno civil de Tucumán, se pretende humillarlo colocándole grillos, lo que es evitado por su médico.
10/12: El Congreso reunido en Buenos Aires, informado de lo ocurrido, manda que se le dispensen las consideraciones debidas a su jerarquía.
1820 Febrero: Partirá hacia Buenos Aires y llegará allí a de marzo.
19/05: El gobierno provincial le da una exigua ayuda financiera para atender su salud.
25/05: Dicta su testamento.
19/06: Recibe los auxilios religiosos y enseguida inicia su agonía.
20/06: Fallece a las siete de la mañana y se lo sepulta en el atrio del convento dominicano e iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
28/06: Se inician sus funerales.
1873 23/09: Se inaugura su estatua, erigida en la Plaza 25 de Mayo.
1903 20/06: Se trasladan sus restos al mausoleo levantado en el atrio de la basílica de Nuestra Señora del Rosario, esquina Belgrano y Defensa, en la ciudad de Buenos Aires.
jueves, 29 de abril de 2010
jueves, 22 de abril de 2010
Nuestra bandera
Creación de la Bandera
Hasta que Manuel Belgrano enarboló por primera vez la bandera nacional en la Villa del Rosario, el 27 de febrero de 1812, tanto los ejércitos patriotas como los realistas utilizaban los colores rojo y amarillo de España en sus estandartes. El origen del celeste y blanco tiene un antecedente religioso (tambn hay otras hipótesis). Eran los colores de la Virgen María en su Purísima e Inmaculada Concepción, a la que se representaba vestida de blanco con un manto celeste, representando el celeste es el color del cielo. La Virgen era la patrona del Consulado, donde Belgrano era su máxima autoridad. Y se cree que esa institución llevaba como divisa una bandera celeste y blanca.
Un poderoso rey español del siglo XVIII, Carlos III, creador del Virreinato del Río de la Plata, fundó una Orden que se identificaba con los colores celeste y blanco, con la misma disposición de nuestra bandera: dos franjas celestes a los costados y la blanca en el centro. El general creyó que hacía falta diferenciar un bando de otro, y estimular a la tropa con un símbolo propio. Se cree que la adopción del celeste y blanco también se debió a la imitación de los de la escarapela, creada el 18 de febrero de 1812.
El celeste y blanco pasó pronto a ser adoptado por los porteños. Juan Martín de Pueyrredón y sus hombres ya llevaban cintas de ese color durante las Invasiones Inglesas. Las habían tomado del Santuario de la Virgen de Luján. Belgrano, al decidirse por esos colores, no hizo más que respetar una vieja tradición popular.
Los colores de la escarapela, que luego serían los de la bandera, tienen otro antecedente: eran los que identificaban a los miembros de la Sociedad Patriótica (grupo político y literario de civiles y militares identificados con las ideas de Mariano Moreno). Como sus miembros fueron desplazados de la Junta en 1811, pasaron a la oposición. Y el Primer Triunvirato eligió el celeste y blanco para la escarapela con una disposición distinta de esa Sociedad. Esta última los disponía de este modo: celeste, blanco, celeste. La primera escarapela, se supone, era blanca, celeste y blanca.
Cerca de Macha, en Bolivia, se encontraron dos banderas que se supone eran las que llevó Belgrano hasta el Alto Perú durante su campaña militar. Una tiene la franja central celeste, y la otra, blanca. El Ejército del Norte juró obediencia a la Asamblea del Año XIII con una bandera blanca y celeste. Y esta enseña recién se enarboló en el mástil del Fuerte en 1815. Hasta entonces, allí, flameaba la bandera española. El Congreso de Tucumán, en 1816, adoptó la bandera celeste, blanca y celeste como símbolo nacional que identificaba a una nueva Nación. La presencia del sol en el centro de la bandera la adoptó el Congreso, reunido en Buenos Aires, en 1818. Este sol es el mismo que aparecía en la primera moneda nacional acuñada por la Asamblea del Año XIII y luce 32 rayos flamígeros. La bandera con el sol es la “bandera mayor” de la Nación, y solo pueden lucirla los edificios públicos y el Ejército. Los particulares exponen la bandera sin el sol en el centro.
La primera vez que se enarboló
Manuel Belgrano enarboló por primera vez la bandera nacional en la ciudad de Rosario el 27 de febrero de 1812, la cual fue confeccionada por doña María Catalina Echevarría de Vidal. En una nota, Belgrano comunicó que "...siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional". El 23 de agosto de 1812, en la torre del templo de San Nicolás, por primera vez en Buenos Aires se hace tremolar la bandera de la patria.
Le tocó al Congreso de Tucumán la gloria de sancionar el decreto, que no fue ley, de legalizar la enseña en uso. A los nueve días de declarada la Independencia, se sintió la necesidad de aprobar oficialmente la bandera, en cuya defensa ya habían muerto muchos cientos de argentinos.
Nacida la nueva Nación a la vida independiente, por la solemne voluntad de los pueblos que la componían, esa medida no podía postergarse por más tiempo.
El 18 de julio de 1816, en el acta de la sesión del día, el diputado por Buenos Aires, Juan José Paso pidió que se fijase y se jurase la bandera nacional.
Dos días después, se trató la importante ponencia y se resolvió por decreto que la bandera sería azul celeste y blanca y se la adoptó como símbolo patrio.
Para glorificar la bandera como corresponde, el 8 de junio de 1938, el Congreso sancionó una ley que fija como Día de la Bandera y lo declara feriado, el 20 de junio, aniversario de la muerte de su creador, Manuel Belgrano.
Significado de las partes de la Bandera, sus colores.
En cuanto a la elección de los colores se han formulado multiplicidad de hipótesis de los historiadores. Algunas de ellas son:
Sentiniento religioso: Los colores celeste y blanco figuran en el manto de la Virgen María. Belgrano rindió culto a la Virgen de Luján; bajo cuya advocación se inició el Consulado de Buenos Aires.
Concepción ideológica: El azul (azur o blao en el arte heráldico o blasónico) simboliza los ideales de justicia, verdad y fraternidad, señalados en nuestro escudo por el campo superior. de la elipse.
Concepción poética: El azul y el blanco tendrían origen en la concepción poética que los presupone como inspirados del cielo y las nubes.
Tradicionalismo local referido al escudo de la ciudad de Buenos Aires: Ambos colores tienen su antecedente en la Colonia. El color celeste figura en los cuarteles de los escudos de México (1523), Perú (1537), Bogotá (1548), Chile (1552), etc. En el de Buenos Aires; fijado por el gobernador Jacinto de Cariz el 5 de noviembre de 1649, los colores cielo y plata -es decir celeste y blanco- aparecen con el emblema del Espíritu Santo y el puerto. Los dos barcos fueron agregados en 1810.
Cruz y banda real: Figuraban en ambos símbolos de la orden de Carlos III, y figuraron también, como insignia de la soberanía castellana y aragonesa, en la banda de los Reyes Católicos. Los partidarios de Fernando VII y la Junta Gubernativa los emplearon en oposición al rojo de los partidarios de José Bonaparte.
Insignia del Consulado: La bandera izada al frente deI Consulado -instalado en Buenos Aires el 2 de junio de 1794- ostentaba los colores celeste y blanco, los mismos del manto de Ia Virgen, protectora de la Corporación.
Distintivo patriota durante las invasiones inglesas: Fue el celeste el color de los moños, lazos y cintas que utilizaron desde el 14 de julio de 180ó para reconocerse entre ellos. Lo usaron en los ojales del chaleco o la casaca.
Colores predilectos en los regimientos de 1806 y 1807: El celeste y el azul fueron los colores predilectos de los regimientos organizados para rechazar a las tropas inglesas, en especial, de aquéllos que fueron constituidos con el elemento criollo: Húsares de Pueyrredón, Cazadores Correntinos, Patricios do Buenos Aires, Pardos, etc.
Telas del invasor inglés: El azul fue el color que predominaba en Ias telas que en gran cantidad y como botín de guerra se tomaron a las fuerzas inglesas, una vez vencidas después de la invasión. Estas telas sirvieron para confeccionar los uniformes de los nuevos regimientos coloniales.
Divisa de Sociedades. Secretas y Patrióticas: El color celeste fue típico en las cintas que como divisa usaron los componentes de Sociedades Secretas y Patrióticas (1810 y 1811),
Rebozos de Las damas porteñas: Los rebozos -capas, pañolones, mantos, mantones etc.- y las flores -violetas y junquillos prendidos en el ppecho-, señalaron la predilección por ambos colores, el blanco y el azul.
Divisa de French. y Beruti: Las cintas que French y Beruti distribuyeron el 25 de Mayo, como es sabido, fueron de los mismos colores que los patriotas para distinguirse entre ellos, habían ostentado el 22, día del memorable Cabildo Abierto.
Color blanco, símbolo de unión; rojo, de oposición: En algunos relatos de la época de la Revolución de Mayo "Diario de varios sucesos, 181Ó", "Revolución de Bs. As: acaecida el 21 de mayo de 1810" que. concluyó eI 25 propio" y otro tercero, también anónimo, fechado en "Córdoba, 4 de junio de 1810", así como las "Memorias curiosas", 1717-1855, de Juan Manuel Beruti -hermano de Antonio Luis-, y las "Memorias" de Belgrano; se hacen aparecer patriotas usando cintas de color blanco, como símbolo de unión entre "europeos y patricios" y "españoles y americanos", y aun cintas rojas o encarnadas color de sangre, como símbolo de guerra contra alguna oposición que hubiera, a favor del virrey".
Divisa de los morenistas: En oposición a los saavedristas, tal como consta en el sumario instruido a raíz de la asonada del 5 y 6 de abril, Ios morenistas utilizaron cintas azules y blancas.
Color incásico: E1 azul constituyó color predilecto en los ornamentos de los Incas del Perú.
Influencia de otras ideas revolucionarias: El azul -excluido el rojo como color dominante en la insignia española- habría sido tomado de la nueva bandera de Francia, país al quepertenecían muchos de los escritores, filósofos, economistas, etc., de cuyas ideas se nutrieron los prohombres de Mayo.
Hasta que Manuel Belgrano enarboló por primera vez la bandera nacional en la Villa del Rosario, el 27 de febrero de 1812, tanto los ejércitos patriotas como los realistas utilizaban los colores rojo y amarillo de España en sus estandartes. El origen del celeste y blanco tiene un antecedente religioso (tambn hay otras hipótesis). Eran los colores de la Virgen María en su Purísima e Inmaculada Concepción, a la que se representaba vestida de blanco con un manto celeste, representando el celeste es el color del cielo. La Virgen era la patrona del Consulado, donde Belgrano era su máxima autoridad. Y se cree que esa institución llevaba como divisa una bandera celeste y blanca.
Un poderoso rey español del siglo XVIII, Carlos III, creador del Virreinato del Río de la Plata, fundó una Orden que se identificaba con los colores celeste y blanco, con la misma disposición de nuestra bandera: dos franjas celestes a los costados y la blanca en el centro. El general creyó que hacía falta diferenciar un bando de otro, y estimular a la tropa con un símbolo propio. Se cree que la adopción del celeste y blanco también se debió a la imitación de los de la escarapela, creada el 18 de febrero de 1812.
El celeste y blanco pasó pronto a ser adoptado por los porteños. Juan Martín de Pueyrredón y sus hombres ya llevaban cintas de ese color durante las Invasiones Inglesas. Las habían tomado del Santuario de la Virgen de Luján. Belgrano, al decidirse por esos colores, no hizo más que respetar una vieja tradición popular.
Los colores de la escarapela, que luego serían los de la bandera, tienen otro antecedente: eran los que identificaban a los miembros de la Sociedad Patriótica (grupo político y literario de civiles y militares identificados con las ideas de Mariano Moreno). Como sus miembros fueron desplazados de la Junta en 1811, pasaron a la oposición. Y el Primer Triunvirato eligió el celeste y blanco para la escarapela con una disposición distinta de esa Sociedad. Esta última los disponía de este modo: celeste, blanco, celeste. La primera escarapela, se supone, era blanca, celeste y blanca.
Cerca de Macha, en Bolivia, se encontraron dos banderas que se supone eran las que llevó Belgrano hasta el Alto Perú durante su campaña militar. Una tiene la franja central celeste, y la otra, blanca. El Ejército del Norte juró obediencia a la Asamblea del Año XIII con una bandera blanca y celeste. Y esta enseña recién se enarboló en el mástil del Fuerte en 1815. Hasta entonces, allí, flameaba la bandera española. El Congreso de Tucumán, en 1816, adoptó la bandera celeste, blanca y celeste como símbolo nacional que identificaba a una nueva Nación. La presencia del sol en el centro de la bandera la adoptó el Congreso, reunido en Buenos Aires, en 1818. Este sol es el mismo que aparecía en la primera moneda nacional acuñada por la Asamblea del Año XIII y luce 32 rayos flamígeros. La bandera con el sol es la “bandera mayor” de la Nación, y solo pueden lucirla los edificios públicos y el Ejército. Los particulares exponen la bandera sin el sol en el centro.
La primera vez que se enarboló
Manuel Belgrano enarboló por primera vez la bandera nacional en la ciudad de Rosario el 27 de febrero de 1812, la cual fue confeccionada por doña María Catalina Echevarría de Vidal. En una nota, Belgrano comunicó que "...siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional". El 23 de agosto de 1812, en la torre del templo de San Nicolás, por primera vez en Buenos Aires se hace tremolar la bandera de la patria.
Le tocó al Congreso de Tucumán la gloria de sancionar el decreto, que no fue ley, de legalizar la enseña en uso. A los nueve días de declarada la Independencia, se sintió la necesidad de aprobar oficialmente la bandera, en cuya defensa ya habían muerto muchos cientos de argentinos.
Nacida la nueva Nación a la vida independiente, por la solemne voluntad de los pueblos que la componían, esa medida no podía postergarse por más tiempo.
El 18 de julio de 1816, en el acta de la sesión del día, el diputado por Buenos Aires, Juan José Paso pidió que se fijase y se jurase la bandera nacional.
Dos días después, se trató la importante ponencia y se resolvió por decreto que la bandera sería azul celeste y blanca y se la adoptó como símbolo patrio.
Para glorificar la bandera como corresponde, el 8 de junio de 1938, el Congreso sancionó una ley que fija como Día de la Bandera y lo declara feriado, el 20 de junio, aniversario de la muerte de su creador, Manuel Belgrano.
Significado de las partes de la Bandera, sus colores.
En cuanto a la elección de los colores se han formulado multiplicidad de hipótesis de los historiadores. Algunas de ellas son:
Sentiniento religioso: Los colores celeste y blanco figuran en el manto de la Virgen María. Belgrano rindió culto a la Virgen de Luján; bajo cuya advocación se inició el Consulado de Buenos Aires.
Concepción ideológica: El azul (azur o blao en el arte heráldico o blasónico) simboliza los ideales de justicia, verdad y fraternidad, señalados en nuestro escudo por el campo superior. de la elipse.
Concepción poética: El azul y el blanco tendrían origen en la concepción poética que los presupone como inspirados del cielo y las nubes.
Tradicionalismo local referido al escudo de la ciudad de Buenos Aires: Ambos colores tienen su antecedente en la Colonia. El color celeste figura en los cuarteles de los escudos de México (1523), Perú (1537), Bogotá (1548), Chile (1552), etc. En el de Buenos Aires; fijado por el gobernador Jacinto de Cariz el 5 de noviembre de 1649, los colores cielo y plata -es decir celeste y blanco- aparecen con el emblema del Espíritu Santo y el puerto. Los dos barcos fueron agregados en 1810.
Cruz y banda real: Figuraban en ambos símbolos de la orden de Carlos III, y figuraron también, como insignia de la soberanía castellana y aragonesa, en la banda de los Reyes Católicos. Los partidarios de Fernando VII y la Junta Gubernativa los emplearon en oposición al rojo de los partidarios de José Bonaparte.
Insignia del Consulado: La bandera izada al frente deI Consulado -instalado en Buenos Aires el 2 de junio de 1794- ostentaba los colores celeste y blanco, los mismos del manto de Ia Virgen, protectora de la Corporación.
Distintivo patriota durante las invasiones inglesas: Fue el celeste el color de los moños, lazos y cintas que utilizaron desde el 14 de julio de 180ó para reconocerse entre ellos. Lo usaron en los ojales del chaleco o la casaca.
Colores predilectos en los regimientos de 1806 y 1807: El celeste y el azul fueron los colores predilectos de los regimientos organizados para rechazar a las tropas inglesas, en especial, de aquéllos que fueron constituidos con el elemento criollo: Húsares de Pueyrredón, Cazadores Correntinos, Patricios do Buenos Aires, Pardos, etc.
Telas del invasor inglés: El azul fue el color que predominaba en Ias telas que en gran cantidad y como botín de guerra se tomaron a las fuerzas inglesas, una vez vencidas después de la invasión. Estas telas sirvieron para confeccionar los uniformes de los nuevos regimientos coloniales.
Divisa de Sociedades. Secretas y Patrióticas: El color celeste fue típico en las cintas que como divisa usaron los componentes de Sociedades Secretas y Patrióticas (1810 y 1811),
Rebozos de Las damas porteñas: Los rebozos -capas, pañolones, mantos, mantones etc.- y las flores -violetas y junquillos prendidos en el ppecho-, señalaron la predilección por ambos colores, el blanco y el azul.
Divisa de French. y Beruti: Las cintas que French y Beruti distribuyeron el 25 de Mayo, como es sabido, fueron de los mismos colores que los patriotas para distinguirse entre ellos, habían ostentado el 22, día del memorable Cabildo Abierto.
Color blanco, símbolo de unión; rojo, de oposición: En algunos relatos de la época de la Revolución de Mayo "Diario de varios sucesos, 181Ó", "Revolución de Bs. As: acaecida el 21 de mayo de 1810" que. concluyó eI 25 propio" y otro tercero, también anónimo, fechado en "Córdoba, 4 de junio de 1810", así como las "Memorias curiosas", 1717-1855, de Juan Manuel Beruti -hermano de Antonio Luis-, y las "Memorias" de Belgrano; se hacen aparecer patriotas usando cintas de color blanco, como símbolo de unión entre "europeos y patricios" y "españoles y americanos", y aun cintas rojas o encarnadas color de sangre, como símbolo de guerra contra alguna oposición que hubiera, a favor del virrey".
Divisa de los morenistas: En oposición a los saavedristas, tal como consta en el sumario instruido a raíz de la asonada del 5 y 6 de abril, Ios morenistas utilizaron cintas azules y blancas.
Color incásico: E1 azul constituyó color predilecto en los ornamentos de los Incas del Perú.
Influencia de otras ideas revolucionarias: El azul -excluido el rojo como color dominante en la insignia española- habría sido tomado de la nueva bandera de Francia, país al quepertenecían muchos de los escritores, filósofos, economistas, etc., de cuyas ideas se nutrieron los prohombres de Mayo.
Biografia
Manuel Belgrano (Buenos Aires, 3 de junio de 1770 – ibídem, 20 de junio de 1820) fue un intelectual, abogado, economista, periodista, político y militar de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual Argentina. Participó de la guerra de la Independencia y es el creador de la Bandera de Argentina.
Belgrano fue un destacado representante de la población criolla de Buenos Aires, y uno de los impulsores de su emancipación de España. Para ello en un principio promovió las aspiraciones de Carlota Joaquina en la región, aunque sin éxito. Junto a otros patriotas impulsó la destitución del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, lo cual produjo la Revolución de Mayo; Belgrano integró la Primera Junta que dirigió el gobierno desde entonces. Se le encargó la dirección del Ejército del Norte, y aunque fue derrotado por las fuerzas españolas sentó las bases de la declaración de independencia paraguaya de 1811. En 1812 creó la bandera de Argentina en las cercanías de la ciudad de Rosario, y dirigió el éxodo jujeño, tras lo cual se impuso a los españoles en las batallas de Tucumán y Salta. Formó parte del Congreso de Tucumán y propuso la idea de establecer una monarquía constitucional dirigida por un noble Inca, pero no logró apoyo. Murió el 20 de junio de 1820.
La educación fue una de sus principales preocupaciones: para ello elaboró durante su estadía en España un plan de acción con avanzadas ideas sobre la misma.
Nacimiento y estudios
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, en la casa paterna, cerca del Convento de Santo Domingo y fue bautizado en la Catedral de Buenos Aires al día siguiente.
Él era criollo pero su padre Domenico era de origen italiano oriundo de Oneglia, en Liguria, y tenía como apellido primero el de Peri —que castellanizó luego como Pérez—, aunque adoptó luego el apellido Belgrano, según la tradición porque producía excelente trigo. Era un comerciante autorizado por el rey de España para trasladarse a América. La madre de Belgrano era María Josefa González Casero, nacida en la ciudad de Santiago del Estero.
Domingo Belgrano tuvo un éxito como comerciante que le permitió enviar a sus hijos Francisco y Manuel a estudiar a Europa. Deseaba que se instruyeran en comercio, pero Manuel optó en cambio por estudiar derecho. Manuel Belgrano alcanzó un destacable éxito y prestigio por ese entonces, que le permitió obtener del Sumo Pontífice Pío VI una autorización para leer toda clase de literatura prohibida. Dicha concesión se le otorgó "...en la forma más amplia para que pudiese leer todo género de libros condenados aunque fuesen heréticos.", con la única excepción de las obras obscenas. De esta manera tuvo acceso a los libros de Montesquieu, Rousseau y Filangieri.
La Revolución francesa era un importante tema de discusión en Europa durante la permanencia de Belgrano.
Belgrano se rodeó de la élite intelectual de España, y por aquel entonces se discutía sobremanera la reciente Revolución francesa. Los cuestionamientos al derecho divino de los reyes, los principios de igualdad y libertad, y la aplicación universal de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, estaban en boca de todos. En esos círculos se consideraba imperioso refundar la nación bajo principios similares, y quienes no estaban de acuerdo eran tachados de tiranos y partidarios de ideas antiguas y desprestigiadas.[4] Años más tarde escribiría en su autobiografía:
Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de Francia hiciese también la variación de ideas y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuere donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido, y aún las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente.
También se dedicó al estudio de las lenguas vivas, la economía política y el derecho público. Los autores que lo influyeron más profundamente fueron Campomanes, Jovellanos, Adam Smith y Quesnay. Sus principales puntos de interés en las obras de tales autores eran aquellos referidos al bien público y la búsqueda del provecho general. Belgrano pensaba por entonces que la teoría fisiocrática de Quesnay y los postulados de Smith podían aplicarse en forma complementaria en el Río de la Plata.
Belgrano fue un destacado representante de la población criolla de Buenos Aires, y uno de los impulsores de su emancipación de España. Para ello en un principio promovió las aspiraciones de Carlota Joaquina en la región, aunque sin éxito. Junto a otros patriotas impulsó la destitución del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, lo cual produjo la Revolución de Mayo; Belgrano integró la Primera Junta que dirigió el gobierno desde entonces. Se le encargó la dirección del Ejército del Norte, y aunque fue derrotado por las fuerzas españolas sentó las bases de la declaración de independencia paraguaya de 1811. En 1812 creó la bandera de Argentina en las cercanías de la ciudad de Rosario, y dirigió el éxodo jujeño, tras lo cual se impuso a los españoles en las batallas de Tucumán y Salta. Formó parte del Congreso de Tucumán y propuso la idea de establecer una monarquía constitucional dirigida por un noble Inca, pero no logró apoyo. Murió el 20 de junio de 1820.
La educación fue una de sus principales preocupaciones: para ello elaboró durante su estadía en España un plan de acción con avanzadas ideas sobre la misma.
Nacimiento y estudios
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, en la casa paterna, cerca del Convento de Santo Domingo y fue bautizado en la Catedral de Buenos Aires al día siguiente.
Él era criollo pero su padre Domenico era de origen italiano oriundo de Oneglia, en Liguria, y tenía como apellido primero el de Peri —que castellanizó luego como Pérez—, aunque adoptó luego el apellido Belgrano, según la tradición porque producía excelente trigo. Era un comerciante autorizado por el rey de España para trasladarse a América. La madre de Belgrano era María Josefa González Casero, nacida en la ciudad de Santiago del Estero.
Domingo Belgrano tuvo un éxito como comerciante que le permitió enviar a sus hijos Francisco y Manuel a estudiar a Europa. Deseaba que se instruyeran en comercio, pero Manuel optó en cambio por estudiar derecho. Manuel Belgrano alcanzó un destacable éxito y prestigio por ese entonces, que le permitió obtener del Sumo Pontífice Pío VI una autorización para leer toda clase de literatura prohibida. Dicha concesión se le otorgó "...en la forma más amplia para que pudiese leer todo género de libros condenados aunque fuesen heréticos.", con la única excepción de las obras obscenas. De esta manera tuvo acceso a los libros de Montesquieu, Rousseau y Filangieri.
La Revolución francesa era un importante tema de discusión en Europa durante la permanencia de Belgrano.
Belgrano se rodeó de la élite intelectual de España, y por aquel entonces se discutía sobremanera la reciente Revolución francesa. Los cuestionamientos al derecho divino de los reyes, los principios de igualdad y libertad, y la aplicación universal de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, estaban en boca de todos. En esos círculos se consideraba imperioso refundar la nación bajo principios similares, y quienes no estaban de acuerdo eran tachados de tiranos y partidarios de ideas antiguas y desprestigiadas.[4] Años más tarde escribiría en su autobiografía:
Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de Francia hiciese también la variación de ideas y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuere donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido, y aún las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente.
También se dedicó al estudio de las lenguas vivas, la economía política y el derecho público. Los autores que lo influyeron más profundamente fueron Campomanes, Jovellanos, Adam Smith y Quesnay. Sus principales puntos de interés en las obras de tales autores eran aquellos referidos al bien público y la búsqueda del provecho general. Belgrano pensaba por entonces que la teoría fisiocrática de Quesnay y los postulados de Smith podían aplicarse en forma complementaria en el Río de la Plata.
Su vida amorosa
Fue un hombre galante a quien gustaban apasionadamente las mujeres.Una historia pésimamente documentada difundió comentarios que
rozaron su imagen de varón,
fundamentados en un episodio que se registró en campaña
en el cual la proverbial discreción del prócer
se interpretó arteramente.
Cuando tenía algo más de 40 años, destacado en Tucumán, el bien parecido y seductor general, tenía la posibilidad de elegir para compañera a la mujer que quisiera y, fue una niña de quince años, la que tocó su corazón: la bella Dolores Helguero, hija de una familia patricia de esa provincia.
La geografía del norte había sido escenario de varios de los amores de Belgrano.
Hasta allí le había seguido María Josefa Ezcurra, cuando abandonada por su marido, podía vivir con él, en libertad, el viejo amor que los unía. Permancieron juntos en la Campaña del Norte, hasta que embarazada, regresó para tener a su hijo, el que por convenciones sociales, no fue un Belgrano, sino un Rosas, cuando Juan Manuel y Encarnación Ezcurra lo hicieron pasar por hijo propio
Luego había tenido por amante a la pintoresca Isabel Pichegru. Aquella francesa que escandalizaba a sus contemporáneos con sus modales y esas osadías inexplicables de los vestidos cortones y ajustadísimos; que no le había resultado una relación sin importancia, porque para cuando conoce a Dolores, aún tenía el espíritu comprometido por aquellos tormentosos amores.No estaba en el destino de Belgrano lograr un amor en el que reposar sus muchos pesares. Y posiblemente la relación con Dolores Helguero, fue la más dolorosa, ya que el destino se encargó de darle un dramático final y, fue durante 6 años la comidilla de la sociedad tucumana.
De ese romance nació Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano, a la que el patriota le dedicó el más tierno amor y no olvidó a “su palomita”, como él la llamaba, ni en el lecho de muerte. En su testamento, redactado en mayo 1820, encomienda su crianza a su hermana Juana, e instrucción y dirección espiritual a su hermano sacerdote.
Manuel, tuvo hacia Dolores una actitud seria y comprometida. Le había dado palabra de matrimonio porque deseaba fundar con ella una familia, siendo este uno de sus más caros anhelos. Pero en ese entonces, el general estaba absorbido por las batallas de la Campaña del Norte cuyo ejército comandaba, y el matrimonio no se concretaba.
En uno de los encuentros que los amantes iban teniendo a lo largo de los años, Dolores quedó embarazada y cuando Belgrano pudo regresar por fin para casarse, halló que ya había sido desposada por un tal Rivas, por arreglo de la familia Helguero.
El desconsuelo fue inmenso, especialmente porque el marido abandonó rápidamente a su esposa. Belgrano que deseaba cumplir con la palabra empeñada, averiguó secretamente a donde se había dirigido Rivas; cuando confirmó que lo hacía hacia Bolivia, despachó chasque tras chasque para saber que destino había corrido; si había muerto para poder concretar su matrimonio. Jamás pudo confirmarlo.
Ella, desesperada abandonó la ciudad de Tucumán para radicarse en Catamarca. Él, enfermo, derrocado en Vilcapugio y Ayohuma, vapuleado por el gobierno, sintió que su vida se acababa. Manuela Mónica tenía apenas un año, antes de partir definitivamente de Tucumán a Buenos Aires, Belgrano pidió verla por última vez, y quizás ese recuerdo haya sido una luz en su agonía.
El 20 de junio de 1820, Buenos Aires en la anarquía, conoció el día de los tres gobernadores. En medio del caos, solamente un diario se ocupó de comunicar su muerte en una pequeña nota.Belgrano no murió del todo ese día. La hija perpetuó su sangre y su apellido, fundando la familia de los Belgrano Vega y, sintetizó lo que seguramente su padre hubiera deseado para ella. Una mujer culta que dedicó su vida a su familia y a reclamar aquellos 40.000 pesos que el gobierno debía a su padre, para que las cuatro escuelas que él había dispuesto se levantaran con ese dinero, fueran fundadas.
rozaron su imagen de varón,
fundamentados en un episodio que se registró en campaña
en el cual la proverbial discreción del prócer
se interpretó arteramente.
Cuando tenía algo más de 40 años, destacado en Tucumán, el bien parecido y seductor general, tenía la posibilidad de elegir para compañera a la mujer que quisiera y, fue una niña de quince años, la que tocó su corazón: la bella Dolores Helguero, hija de una familia patricia de esa provincia.
La geografía del norte había sido escenario de varios de los amores de Belgrano.
Hasta allí le había seguido María Josefa Ezcurra, cuando abandonada por su marido, podía vivir con él, en libertad, el viejo amor que los unía. Permancieron juntos en la Campaña del Norte, hasta que embarazada, regresó para tener a su hijo, el que por convenciones sociales, no fue un Belgrano, sino un Rosas, cuando Juan Manuel y Encarnación Ezcurra lo hicieron pasar por hijo propio
Luego había tenido por amante a la pintoresca Isabel Pichegru. Aquella francesa que escandalizaba a sus contemporáneos con sus modales y esas osadías inexplicables de los vestidos cortones y ajustadísimos; que no le había resultado una relación sin importancia, porque para cuando conoce a Dolores, aún tenía el espíritu comprometido por aquellos tormentosos amores.No estaba en el destino de Belgrano lograr un amor en el que reposar sus muchos pesares. Y posiblemente la relación con Dolores Helguero, fue la más dolorosa, ya que el destino se encargó de darle un dramático final y, fue durante 6 años la comidilla de la sociedad tucumana.
De ese romance nació Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano, a la que el patriota le dedicó el más tierno amor y no olvidó a “su palomita”, como él la llamaba, ni en el lecho de muerte. En su testamento, redactado en mayo 1820, encomienda su crianza a su hermana Juana, e instrucción y dirección espiritual a su hermano sacerdote.
Manuel, tuvo hacia Dolores una actitud seria y comprometida. Le había dado palabra de matrimonio porque deseaba fundar con ella una familia, siendo este uno de sus más caros anhelos. Pero en ese entonces, el general estaba absorbido por las batallas de la Campaña del Norte cuyo ejército comandaba, y el matrimonio no se concretaba.
En uno de los encuentros que los amantes iban teniendo a lo largo de los años, Dolores quedó embarazada y cuando Belgrano pudo regresar por fin para casarse, halló que ya había sido desposada por un tal Rivas, por arreglo de la familia Helguero.
El desconsuelo fue inmenso, especialmente porque el marido abandonó rápidamente a su esposa. Belgrano que deseaba cumplir con la palabra empeñada, averiguó secretamente a donde se había dirigido Rivas; cuando confirmó que lo hacía hacia Bolivia, despachó chasque tras chasque para saber que destino había corrido; si había muerto para poder concretar su matrimonio. Jamás pudo confirmarlo.
Ella, desesperada abandonó la ciudad de Tucumán para radicarse en Catamarca. Él, enfermo, derrocado en Vilcapugio y Ayohuma, vapuleado por el gobierno, sintió que su vida se acababa. Manuela Mónica tenía apenas un año, antes de partir definitivamente de Tucumán a Buenos Aires, Belgrano pidió verla por última vez, y quizás ese recuerdo haya sido una luz en su agonía.
El 20 de junio de 1820, Buenos Aires en la anarquía, conoció el día de los tres gobernadores. En medio del caos, solamente un diario se ocupó de comunicar su muerte en una pequeña nota.Belgrano no murió del todo ese día. La hija perpetuó su sangre y su apellido, fundando la familia de los Belgrano Vega y, sintetizó lo que seguramente su padre hubiera deseado para ella. Una mujer culta que dedicó su vida a su familia y a reclamar aquellos 40.000 pesos que el gobierno debía a su padre, para que las cuatro escuelas que él había dispuesto se levantaran con ese dinero, fueran fundadas.
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